Caminando por una alfombra roja
Hoy es de esos días donde camino sin la mochila que me ha acompañado tanto tiempo.
Subiéndome a un autobús para dejar mis pasos recorrer las calles de Málaga y donde una alfombra roja se extendía en la calle Larios.
Hoy me he abierto paso al festival de cine de ésta ciudad engalanada como una novia.
Preguntando hacia donde poder dirigirme. En la plaza de la Merced he llenado mis sentidos de esa vida que nos da el poder compartirla con tantas personas que había en las calles.
Buscando un stand en ese espacio solidario donde Redime colabora con esa exposición de esculturas donde se podía ver «El silencio de los invisibles»
Mi mirada y palabras estaban con ellos, en esa lucha incansable por la recuperación de aquellos que hemos vivido como víctimas, el abuso y maltratos en nuestra infancia.
En un momento de mi vida me sentí como esas figuras plastificadas y cosificadas, envueltas en vergüenza esa forma que te deja quieto ante la maldad.
Esa crueldad que te deja sin poder dar un paso hacía lo cierto.
Siendo una injusta posición donde lo aprendido no tiene valor y donde se cuestiona todo el trayecto.
Hoy caminando por ésta bonita ciudad he podido sentir que había un espacio donde poder verme junto a los mismos que hemos vivido esta injusta infancia y donde aún se procuran los mismos abusos.
La violencia es un continuo con muchos matices donde ponerse a salvo.
No es fácil cuando aún viven aquellos que la procuran para desafiar lo cierto y en una sociedad donde se hace pantalla para que no sea visible.
Hoy caminando por Málaga me he sentido acompañado por un espacio que no sólo es cierto sino cada vez más visible.
He podido caminar sintiendo que había un pedacito de mi, en muchos de los que nos han humillado y despreciado por solo ser quienes somos.
En ese caminar he visto una bonita alfombra roja donde he podido sentir que somos merecedores de transitar por ella.
Aunque nadie sepa nada de mi estaba puesta para que fuera capaz de caminar.
Sintiendo que somos muchos los que merecemos el reconocimiento no de una película o un corto donde poner la consciencia.
Sino siendo protagonistas de todo cuanto hemos vivido en nuestras vidas.
Cada uno con su película personal que se escapa en la tarde bajando el telón y quedarse con lo vivido.
Hoy ha sido de esos días donde he podido sentirme acompañado sabiendo que un pequeño espacio estaba junto a mi.
Nadie podía verlo solo yo.
Gracias por ese estar que solo los que los hemos vivido sabemos que esas figuras están llenas de dolor y sufrimiento.
Y que cuando uno se recupera no hay asfixia que nos inunde. Volviendo a la vida como el que respira por primera vez.
Hoy esa alfombra roja estaba esperándonos.
Gracias a la Asociación Redime por ser la voz de todos cuantos hemos vivido «El silencio»
Mario J,