El SILENCIO DE LOS INVISIBLES
Una obra íntima que pretende plasmar la invisibilidad y el abandono que experimentan las víctimas de abuso sexual desde su más tierna infancia hasta la vida adulta.
La sociedad se muestra impasible, negándose a ver, escuchar y guardando silencio ante una tragedia cotidiana que afecta a 1 de cada 4 niñas y 1 de cada 7 niños.
La familia y allegados que deberían ser el principal refugio y tesoro de todo niñ@, se convierten en la prisión de oro que los condena y atrapa en la infancia y de la que no logran desligarse en la vida adulta.
Se estima que entre el 85 y el 95 % de los casos de abusos sexuales, el agresor o agresora pertenece a la familia o amigos más cercanos. Una realidad silenciada que dificulta que como sociedad seamos consciente de que la solución para esta problemática pasa por entender que los menores son nuestra responsabilidad, y por tanto, los abusos sexuales son un problema de tod@s.
¿Hasta cuando miraremos hacia otro lado?
Es tiempo de romper «El Silencio de las Invisibles» y de proclamar a las víctimas con una voz clara y unánime: #YoSeréTuVoz.
¡Eh… tú!
Sí, sí. Tú.
Que me observas en la distancia
mientras lees en silencio estas líneas.
Tú.
Que me miras, pero no me ves,
por si acaso al encontrarme despiertan tus profundos miedos.
Tú.
Que me oyes, pero no me escuchas,
por si acaso revelo ese secreto del todo inconfesable.
Tú.
Que me hablas, pero no me dices nada,
por si acaso tus preguntas desnudan mi verdad y convierten en real lo que se nos antoja imposible.
Mi voz,
secuestrada en los albores de los tiempos,
te grita desde el abismo de las palabras no pronunciadas.
A tí.
Que no me ves, ni me oyes, ni me dices…
Tu silencio incómodo me atrapa.
Me consume. Me inunda.
Me estremece.
Mi silencio. Tu silencio.
El silencio de los invisibles.
Oscura verdad acallada por generaciones
que me destierra, sin contemplación,
al País de la Nada Ninguneada que no le importa a casi nadie.
Tú.
¿Sigues ahí?
Ven. Siéntate. Hablemos.
Y te contaré de lo que fue y no debía haber sido.
Y te hablaré de todo lo que llegaré a ser.
Y de lo que ya nada ni nadie podrá robarme.
Mi voz. Tu voz.
El silencio roto por los ya invencibles.
MIRIAM JOY IGLESIAS