PASO 10 – Expresar interés y comprensión a otros
Al terminar el proceso de sanidad, muchas personas tienen un fuerte deseo de poder ayudar a otros, sacar provecho de las tragedias de sus propias vidas. Ayudar a otros nos da la oportunidad de...
Al terminar el proceso de sanidad, muchas personas tienen un fuerte deseo de poder ayudar a otros, sacar provecho de las tragedias de sus propias vidas. Ayudar a otros nos da la oportunidad de...
La autoimagen es esa fotografía interna (y con frecuencia falsa), que tenemos de nosotros mismos y que está presente, cada vez que decimos o pensamos «yo soy» o «yo no soy» y es la...
Muchas personas tienen problemas con este tema, a menudo se aconseja, con buena intención, que al perdonar de verdad ocurre una sanidad instantánea de las emociones, como no siempre es el caso (más bien lo raro es que así suceda) cuando no se evidencia el cambio se suele poner la responsabilidad sobre la persona herida, de manera que para el ofendido es entrar en una especie de círculo vicioso “tengo que perdonar para sentirme mejor, no me siento bien porque no lo hago correctamente, me vuelvo a sentir mal…”
¿Cuándo se debe confrontar?, ¿Qué debe incluir la confrontación?, ¿cómo se puede conseguir? Y si siempre que se confronta se consigue que funcione.
Cada situación es individual, por eso se recomienda hacer esto bajo la supervisión de un terapeuta personal o de una persona entendida y de confianza. Una confrontación prematura puede ser devastadora y contraproducente para la víctima.
¿Por qué es necesario involucrar a otras personas en el proceso de sanidad? En términos psicológicos se conoce como “el factor terapéutico de la universalidad”, en palabras simples lo que viene a decir es que aunque pensemos que lo que nos ha sucedido es algo único, pronto nos damos cuenta que eso no es cierto, tristemente, que no somos los únicos, que no estamos solos, y que nos encontramos con personas a las que les ha pasado lo mismo o similar
Hasta cierto punto los estilos de comunicación, hábitos, gestos e idiosincrasias personales tienen sus raíces en el trasfondo familiar.
No nos damos cuenta de nuestros estilos de aprendizaje, en cierta manera, hasta que comenzamos la convivencia con otra persona. Hay que decir que no todas las dificultades de conducta y síntomas se derivan directamente de la experiencia de abuso sexual.