Manifiesto para la Prevención del Abuso Infantil
Con motivo del día mundial para la prevención del abuso infantil queremos poner de manifiesto que 1 de cada 4 niñas y 1 de cada 7 niños en España sufrirán abusos sexuales antes de cumplir los 18 años.
Los abusos a menores no entienden de género, raza, cultura o condición social, siendo una realidad que nos atañe a todas y a todos.
Las estadísticas más recientes ponen de manifiesto que a diferencia de lo que se cree, un 60 % de los abusos son perpetrados por familiares, un 35% por personas del entorno cercano al niño o niña. Y solo un 5% por desconocidos.
Así, y a pesar de que desde 1959 el abuso a menores es reconocido por la ONU como un delito y un problema de profundas repercusiones psicológicas, sociales, éticas, legales y médicas, las medidas que se han tomado hasta la fecha siguen siendo manifiestamente insuficientes.
A la luz de estos datos entendemos que es necesario centrar nuestros esfuerzos en el diseño de un plan de prevención efectivo y eficaz que permita:
- Romper el silencio con una voz conjunta y unánime sobre este grave problema que afecta en la actualidad no sólo a los niños y niñas, sino también a todos esos inocentes olvidados que hoy son adultos heridos y sin herramientas ni medios adecuados para tratar sus vidas. los niños sólo podrán ser fuertes y autónomos en la medida en que lo seamos los adultos que los rodeamos.
- Concienciar a la población sobre la alta incidencia de los abusos a menores en nuestro medio y las gravísimas consecuencias que se derivan de ello a corto y largo plazo.
- Sensibilizar a la sociedad en general y en particular a las personas que están en contacto directo con los niños formándose con los conocimientos generales básicos para poder detectar, defender y saber actuar correctamente si un abuso sucede.
- Educar a los niños y niñas en una sexualidad sana partiendo del reconocimiento de que sus cuerpos les pertenecen y nadie tiene derecho a usarlos para su propia gratificación o beneficio.
- Garantizar que los niños sepan reconocer qué es el abuso sexual, tengan herramientas para decir «no» y en caso de sufrirlos sepan con certeza que van a ser escuchados, creídos y protegidos.
- Acoger y ayudar a las personas que han sido víctimas de abuso en la infancia, para que recuperen su dignidad a través del reconocimiento público de su inocencia, liberándolos de la culpa y la estigmatización que les impide ser libres para vivir una vida plena.
- Promover cambios en las leyes que garanticen la protección efectiva de las víctimas y su restitución en cualquier etapa de su desarrollo. Si las consecuencias de los abusos no prescriben en la vida de ninguno de los supervivientes, tampoco debe prescribir los actos que originaron sus experiencias traumáticas.
- Y por último, trabajar en la creación y formación profesional de protocolos de actuación unánimes, eficaces y coordinados entre los diferentes estamentos implicados en el sistema de protección del menor, de manera que se garantice la prevalencia de la integridad de los niños y niñas por encima de cualquier otro interés.
Los niños son nuestro futuro y nuestra responsabilidad pero durante demasiado tiempo sus voces han sido silenciadas.
¡ES HORA DE ROMPER EL SILENCIO!
¡ES HORA DE SER SU VOZ!